Podemos entender el “Gobierno Abierto” como una forma de gestionar políticamente los asuntos públicos mediante la comunicación bidireccional permanente y transparente entre la Administración y la ciudadanía, mediante la que se consigue su participación efectiva en los procesos de decisión, colaboración y control de la Administración. El objetivo último de este modelo de gestión es la rendición de cuentas del gobierno de las administraciones a la ciudadanía. Un sistema que obliga, por una parte, al servidor público a reportar detalladamente sus actos y los resultados de estos y, por la otra, dota a la ciudadanía de mecanismos para monitorear el desempeño del servidor público.
Cuando hablamos de gobierno abierto, para ser más precisos, hacemos referencia a la expresión de ciertos principios que se manifiestan en:
- Mejorar los niveles de transparencia y acceso a la información, mediante la apertura de datos públicos (para ejercer control social y rendición de cuentas) y la reutilización de la información del sector público (para promover la innovación y el desarrollo económico). Se trata de ofrecer, de forma estructurada y fácilmente accesible, toda aquella información relacionada con la planificación y gestión de los recursos públicos y de la actividad municipal. Se proporciona en formato abierto la información pública de la que dispone la administración, para que pueda ser reutilizada y así contribuir a la democratización de la información, así como al desarrollo de productos y/o servicios a partir de ella.
- Facilitar la participación de la ciudadanía en el diseño y la implementación de las políticas públicas (e incidir en la toma de decisiones). Su objetivo es implantar un nuevo modelo de participación ciudadana en la gestión de los asuntos de las ciudades, de manera que se garantice una eficaz participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones.
- Favorecer la generación de espacios de colaboración entre los diversos actores, particularmente entre las administraciones públicas, la sociedad civil y el sector privado. colaboración entre el Ayuntamiento y la sociedad y una mayor participación.
El gobierno abierto se postula como la reforma y modernización de las administraciones públicas, a partir de la puesta en marcha de las iniciativas de transparencia, participación ciudadana y colaboración de los diversos actores (políticos, técnicos y ciudadanía), para la co-producción de prácticas que se dirijan al bienestar colectivo, la justicia y la equidad.
El reto principal es transitar hacia un modelo de sociedad abierta, donde las relaciones entre los diferentes actores que contribuyen a desarrollar un espacio democrático se fundamenten en la confianza, la apertura y la transparencia, la integridad y el trabajo conjunto.
El gobierno abierto es un camino, no la meta. Es un medio, no un fin en sí mismo, y de ello dependerá en el futuro próximo si este nuevo “modelo de hacer política” logra brindar los frutos esperados para contribuir a la construcción de sociedades más prósperas, equitativas, justas y cuyos resultados vayan orientados a mejorar la calidad de vida de las personas y el bienestar colectivo de nuestros pueblos.