Son instrumentos necesarios para favorecer la fase deliberativa y el contraste de perspectivas diferentes, antes de la toma de decisiones, sobre temas de interés público.
Se llama Proceso Participativo a la suma planificada de momentos o acciones participativas (talleres, dinámicas de grupo, reuniones, exposiciones interactivas, foros o grupos de trabajo virtuales, etc.) relacionados con la participación de diferentes agentes o personas representativas, para aportar diferentes perspectivas o visiones en relación a un tema o un problema sobre el que se quiere tomar una decisión.
Para asegurar la calidad de un proceso participativo, es necesario que las temáticas sean explicitas y reconocidas por todas las personas participantes.
Los procesos de participación ciudadana deberán contemplar las siguientes fases:
- a) Fase de planificación, que supondrá la realización de cuantas acciones y reflexiones fueran necesarias para la elaboración de un plan que permita dirigir todo el proceso. En esta fase se tendrán muy en cuenta a quienes formen parte del proceso participativo, incluyendo las maneras en que se les debe informar a éstos.
- b) Fase de información, mediante la cual, usando los medios más adecuados, se difunde al conjunto de la ciudadanía afectada, o a las figuras de agentes con implicación en el proceso, la materia o proyecto que se somete a debate.
- c) Fase de debate/diálogo ciudadano, mediante la cual, y empleando las metodologías adecuadas, se promueve el diálogo y el contraste de argumentos y se recogen las aportaciones de las personas y/o entidades participantes.
- d) Fase de acción y seguimiento, que es en la que se ejecutan los acuerdos alcanzados y se realiza un seguimiento de su efectiva realización.
- e) Fase de devolución, mediante la cual se traslada a las persones participantes, y al conjunto de la ciudadanía, el resultado del proceso de debate y la incidencia que las aportaciones ciudadanas han tenido en la política o actuación pública.
Es en el propio proceso donde se refuerza el aprendizaje para escuchar a otras personas, a trabajar colectivamente, a respetar reglas mínimas para la convivencia, donde vamos ganando confianza y perdiendo el miedo a expresarnos. En definitiva, donde la participación ciudadana adquiere significado de construcción de la ciudadanía.
Los instrumentos específicos de debate y consulta ciudadanas son aquellos que deberán permitir y facilitar la libre expresión y el intercambio ordenado de ideas y opiniones para lograr un contraste efectivo de argumentos y resultados estructurados que permita conocer la respuesta ciudadana a la consulta.
Se podrán desarrollar los procesos de participación ciudadana sobre los siguientes asuntos o procedimientos:
- a) La adopción de actuaciones públicas con singular impacto o relevancia.
- b) La elaboración de instrumentos de planificación para la determinación de políticas.
- c) La proposición de políticas públicas.
- d) La elaboración de normas.
- e) La elaboración de los procesos de Presupuestos Participativos.
- f) La prestación de los servicios públicos
- g) El seguimiento y evaluación de las planificaciones de actuaciones de las zonas y barrios de la ciudad.
- h) Cualquier otro procedimiento de decisión o determinación de una concreta política pública.
De cara a hacer efectivos los procesos de participación ciudadana, es deseable contar en su planificación y desarrollo con la figura del "facilitador/a”, entendida como profesionales con las capacidades necesarias para planificar, dinamizar las reuniones o sesiones de trabajo y evaluar el conjunto de acciones que conllevan estos procesos